Las habilidades sociales son fundamentales para nosotros como seres sociales que continuamente nos estamos comunicando. Por ese motivo, y haciendo alusión al artículo 25 de la Constitución Española sobre la reinserción y la resocialización de la población reclusa, considero conveniente desarrollar un proyecto para estos usuarios.
Dada mi experiencia de unos pocos meses haciendo prácticas en un centro penitenciario, comprobé que eran muy pocos los talleres realizados de este tipo, o que no eran lo suficientemente atractivos u " obligatorios" para que los internos desearan participar. Sin embargo, con los distintos grupos que intervine pude comprobar que existe la curiosidad por saber y aprender todo aquello que les sirva para ser personas más desenvueltas en la sociedad, más formadas, con más autoconocimiento y se podía trabajar perfectamente con ellos distintos temas. Hubo quien mantenía un interés constante y no se perdía ninguna sesión, hubo quien desde el inicio abandonó, y hubo quien se apuntó al final.
Una de las sesiones consistió en la visualización de vídeos durante 40 minutos y lo cierto es que gustó bastante esta actividad. Por esta razón, consideré oportuno introducir un vídeo en cada sesión, como herramienta y recurso didáctico que algunas veces tendrá una función informativa y otras lúdica, pero siempre desde un enfoque educativo. Con el vídeo, las sesiones serán más innovadoras y motivadoras, al no utilizar sólo herramientas como textos o dinámicas. Además, estamos en la sociedad de la información y las comunicaciones, y dentro de ellas las nuevas tecnologías juegan un papel principal.
Aprender sobre las habilidades sociales y comunicativas es útil y beneficioso para cualquier persona, y más aún, para la población en riesgo de exclusión social como la reclusa. En este dato reside la importancia de este proyecto.
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